13º BOLETÍN INFORMATIVO «EUROPA SE MUEVE» 20/03.
Dar a Europa su lugar

EE.UU SE UNE CON RUSIA CONTRA UCRANIA EN LA ONU
Madrid, 20 de marzo de 2025
Álvaro Mella, Colaborador del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo
El pasado lunes 24 de febrero se cumplieron tres años de la agresión de Rusia contra Ucrania, y en semejante efeméride se produjo una situación pintoresca en el seno de Naciones Unidas: EE UU y Rusia estuvieron juntas en su voto de rechazo a la resolución de Ucrania en la Asamblea General de Naciones Unidas, en la que se condenaba de invasión de Putin. Mientras 93 países votaron a favor, entre ellos todos los países comunitarios (salvo Hungría, que lo rechazó), EE UU dio un giro de guion en su política exterior, y se alineó con Moscú. Otras potencias como China o India se abstuvieron. Israel votó en contra, al igual que Corea del Norte o Nicaragua, entre otros países.
Esta resolución afirma sin titubeos la certeza más palmaria: que Rusia está llevando a cabo una invasión contra Ucrania, generando unas consecuencias devastadoras para la estabilidad internacional. También critica la nueva escalada que supone el envío de contingentes militares norcoreanos al frente de la guerra para luchar contra los ucranianos, y la exigencia de que sea Rusia la que cese inmediatamente en sus hostilidades. Contra todo esto EE UU votó en contra.
Ese mismo día EE UU presentó dos resoluciones iguales pidiendo el fin de la guerra: una en el Consejo de Seguridad, y otra en la Asamblea General (para que ambos órganos pidieran formalmente lo mismo). En estas muy breves resoluciones (de menos de media hoja de extensión), se limitaba a “lamentar” la pérdida de vidas por el “conflicto entre Rusia y Ucrania”, y se exhorta simplemente a que se consiga “una paz duradera” entre ambas partes. Es decir, no se habla ni de ataque, ni de invasión, ni distingue entre el agredido ni el agresor.
Como el Consejo de Seguridad lo componen apenas 15 países, cinco de ellos con derecho a veto (entre ellos EE UU y Rusia), no quedó más remedio que aceptar el texto, aunque no se aportaba nada valioso a la resolución de la conflagración. Diez países votaron a favor (EE UU, Rusia y China entre ellos), y los otros cinco se abstuvieron (que fueron precisamente los cinco países europeos presentes).
No obstante, ese mismo texto al presentarse igual en la Asamblea General de NNUU, se vio modificado por este órgano, ya que con 193 países participantes resultaba más factible cambiar los matices de la literalidad. Por ello, en el texto que se sometió a votación, aunque era muy breve de extensión, ya se hablaba que había en marcha una “invasión a gran escala de Ucrania” por parte de Rusia, se añadió el compromiso de la Asamblea con la soberanía, la independencia e integridad territorial ucraniana, y en la petición por poner fin al conflicto, se redactó pidiendo expresamente que ésta tuviera lugar dentro de la Carta de Naciones Unidas.
EEUU terminó absteniéndose en la propia propuesta que inicialmente envió debido a estos cambios. Ucrania también se abstuvo (no era un texto suficientemente contundente), y Rusia votó en contra. La mayoría de las democracias occidentales (entre ellas España y los países de la UE, salvo Hungría -que también se abstuvo-) votaron a favor.
Estas votaciones se producen en un contexto de diálogo entre EE UU y Rusia por unas llamadas “negociaciones de paz” (que no pueden entenderse como tales si Ucrania no está en la mesa), donde Trump busca acercarse a Putin y repetir sus mantras y bulos, llegando incluso a calificar al presidente Zelenski de “dictador” y de acusar a Kyiv de ser la culpable de esta guerra.
Ante esta situación, la UE debe ser consciente que debe ayudar a Ucrania sin fiarse de EE UU ni de la realidad paralela en el que parece instalado su actual gobierno. El concepto de “atlantismo” y de “Occidente” ya ha dejado de ser lo que era con la llegada de Trump al poder. Ahora la UE es el verdadero líder del mundo democrático, y el mayor baluarte de la Carta de NNUU. La fórmula europea para la paz en Ucrania es la que debemos exigir.
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