6- Trump da la victoria al Partido Liberal en Canadá. Mario Blázquez Turón.
16º BOLETÍNINFORMATIVO «EUROPA SE MUEVE» 07/05.
EUROPA, EL FARO FEDERALISTA A LOS 75 AÑOS DE SCHUMAN
Trump da la victoria al Partido Liberal en Canadá.
Madrid, 7 de mayo de 2025
Mario Blázquez Turón, Colaborador del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo.
La democracia canadiense ha hablado con voz clara en las elecciones más decisivas de su historia reciente. En un momento de máxima tensión geopolítica y desafíos económicos sin precedentes, el Partido Liberal, liderado por Mark Carney, se ha alzado con la victoria en las elecciones federales de Canadá celebradas este lunes, desafiando a las encuestas, a la incertidumbre interna y, sobre todo, a las amenazas cada vez más explícitas del presidente estadounidense Donald Trump.
El lunes 28 de abril, más de 28,5 millones de canadienses acudieron a las urnas para decidir el futuro de su nación, la cual se ha visto amenazada desde la llegada de Trump a la Casa Blanca hace más de tres meses. Ante el desafío existencial que suponen las injerencias económicas y expansionistas del vecino estadounidense, los votantes salieron en masa para transmitir un mensaje claro: Canadá no cederá ante Trump.
En una campaña claramente marcada por el voto útil, el candidato del Partido Liberal, Mark Carney, obtuvo el 43,7% de los sufragios frente al 41,3% del Partido Conservador de Pierre Poilievre. Sin embargo, el Gobierno deberá gobernar en minoría, al no alcanzar los 172 escaños necesarios para la mayoría absoluta, por lo que el nuevo Primer Ministro afrontará una legislatura en la que será necesario tejer consensos con fuerzas como el Nuevo Partido Democrático (NDP), el soberanista Bloque Quebequés y los verdes.
Pero más allá de la aritmética parlamentaria, lo que ha quedado claro en esta jornada electoral es el rechazo frontal de la ciudadanía canadiense a las amenazas proferidas desde Washington. Trump, quien ha insinuado sin ambages su intención de convertir a Canadá en el «estado 51» e imponer gravosos aranceles, ha revitalizado al Partido Liberal.
El giro electoral ha sido tan dramático como simbólico. En febrero, las encuestas situaban a los liberales 25 puntos por detrás de los conservadores. Pero la erosión del discurso trumpista, con sus declaraciones provocadoras, han generado la reafirmación de Canadá como Estado y como mercado resistente a los desmanes de EE UU. La renuncia de Justin Trudeau en marzo, seguida del nombramiento de Carney como primer ministro y la convocatoria de elecciones anticipadas, marcaron un punto de inflexión. La decisión del nuevo líder liberal de presentarse como el muro de contención frente a la agresiva retórica trumpista ha sido audaz, y claramente efectiva.
En un mensaje en su plataforma Truth Social, el presidente de EE UU deseó suerte “al gran pueblo de Canadá” y sugirió a los canadienses que votaran por él: “Elijan al hombre que tiene la fuerza y la sabiduría para reducir sus impuestos a la mitad, aumentar su poder militar, de forma gratuita, al nivel más alto del Mundo (…). Todo ello, si Canadá se convierte en el apreciado 51º Estado de los Estados Unidos de América”, escribió. Pese a que el líder conservador trató de desmarcarse de estos comentarios, la cercanía ideológica de Poilievre con el republicano ha dañado claramente su imagen en las elecciones.
El Partido Liberal ha apuntando con claridad hacia Europa como socio prioritario. Por ello, la victoria de Carney representa algo más que un simple cambio de Gobierno: es una reafirmación de los valores democráticos frente a las tentaciones proteccionistas que han ganado terreno en diversas partes del mundo. En un contexto en el que la Unión Europea se halla en la búsqueda de nuevos socios comerciales, el resultado de estos comicios abre una ventana de oportunidad estratégica con Canadá que, gracias a Trump, se ha convertido en un aliado clave, con quien se comparte una misma visión del mundo.
En esa búsqueda propia de autonomía, el propio Carney ha dejado claro que su Gobierno no sólo resistirá los embates trumpistas, sino que buscará tejer una red de alianzas estratégicas con Europa y Asia. En sus palabras resuena la promesa de una “asociación entre iguales”, basada en la defensa del orden internacional basado en reglas, los derechos humanos y la sostenibilidad.
La reacción inmediata desde Washington —una frase lapidaria de la vicesecretaria de prensa de la Casa Blanca reafirmando los planes de anexión— no ha hecho sino confirmar el diagnóstico de Carney. Frente a esa amenaza, Europa debe responder no solo con solidaridad, sino con acción política coordinada. Es el momento de reforzar la alianza atlántica sobre nuevas bases, donde Canadá y la Unión Europea lideren juntos la defensa del orden democrático global. En un contexto de incertidumbre y de transformación de las alianzas, la Europa está encontrando valiosas oportunidades para redefinirse como un actor global clave.
Esto nos lleva a un interrogante sustancial, ¿puede el caso canadiense repercutir en el escenario europeo? ¿Están reforzando las acciones de Trump a las fuerzas democráticas?
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