3- 90 días de pausa como respiro para los “aranceles recíprocos”, pero… ¿respiro para quién? Laura Jiménez de Vicente.

15º BOLETÍN INFORMATIVO «EUROPA SE MUEVE» 25/04.

Trump “RECULA” en su posición arancelaria y supone un margen para Europa

90 DÍAS DE PAUSA COMO RESPIRO PARA LOS «ARANCELES RECÍPROCOS, PERO…¿RESPIRO PARA QUIÉN?

Madrid, 25 de abril de 2025

Laura Jiménez de Vicente, Colaboradora del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo

En Washington, D.C., el 9 de abril de 2025, tras el conocido el “Día de la liberación” el 2 de abril, el presidente estadounidense Trump ha anunciado una suspensión de 90 días en la aplicación de los aranceles recíprocos impuestos a más de 75 países, incluyendo el 46% para Vietnam, el 44% para Sri Lanka y el 20% para la Unión Europea, e iniciando una serie de negociaciones con Washington o, según Trump, muriéndose por hacer un trato.

Esta pausa sólo será aplicada a algunos de los nuevos aranceles, y existe una tasa mínima del 10%, en vigor desde el sábado 5 de abril, que continúa vigente para los productos procedentes de todos los países. A pesar de la suspensión de tasas superiores hasta julio, ya se vislumbra un cambio en las relaciones comerciales estadounidenses con el resto del mundo, a pesar de que sí se dan ciertas exenciones para, por ejemplo, bienes farmacéuticos o microchips. Y para China, la tasa no bajará en absoluto, sino que aumentará aún más, hasta el 125%, a lo que se suma otro 20% vinculado a la droga fentanilo, generando una espiral arancelaria del 145% y 125% a partir del 9 de abril. Quedan fuera Bielorrusia, Cuba y Corea del Norte. 

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, respaldó la decisión, afirmando que «así se añade certidumbre en un momento inestable» y que Estados Unidos está «absolutamente dispuesto» a negociar con cada uno de los 75 países que han mostrado su predisposición al diálogo. Bessent también advirtió que si China continúa aumentando los aranceles, «el país que se verá más afectado será el suyo».

La Unión Europea expresó su opinión de forma clara desde el anuncio del Día de la Liberación. Como contexto, antes que la Casa Blanca informara sobre la congelación arancelaria, Von der Leyen ya advertía de inmediato que la imposición de estos aranceles resultaría «perjudicial para las empresas y aún más para los consumidores», y adelantaba una respuesta firme y proporcionada por parte de Europa.

Ante esta situación, la Comisión Europea ha activado una reacción estratégica basada en medidas compensatorias proporcionadas, tras calificar los nuevos aranceles como arbitrarios y nocivos para el comercio internacional. Su plan de acción, dividido en dos fases, contempla inicialmente el fin de la suspensión de las contramedidas aplicadas en 2018 y 2020, dirigidas a productos estadounidenses por valor de 8.000 millones de euros, en respuesta a las pérdidas sufridas por el sector europeo del acero y el aluminio. Posteriormente, y frente al impacto de las nuevas tarifas estadounidenses que afectan a exportaciones comunitarias por más de 18.000 millones de euros, la Comisión introducirá un paquete adicional de contramedidas, cuya implementación está prevista para mediados de abril, tras consultar con los Estados miembros y sectores involucrados. En total, las represalias europeas podrían alcanzar a exportaciones estadounidenses por un valor de hasta 26.000 millones de euros. Aun así, Bruselas mantiene su disposición a alcanzar un acuerdo negociado que permita revertir estas medidas si se logra un consenso.

Asimismo, la directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala, ha advertido que el aumento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China podría llevar a una contracción del comercio bilateral de hasta un 80% y una caída del 7% del PIB real mundial. Definitivamente, este inicio de guerra comercial no supone ningún beneficio para Estados Unidos, por mucho que Trump lo trate de aparentar. Este periodo de 90 días se presenta como una ventana crítica para que las principales economías negocien y eviten una escalada en las tensiones comerciales que podría tener repercusiones significativas en la economía global.​