2- Donald Trump cumple 100 días como presidente de los Estados Unidos. Mario Blázquez.

15º BOLETÍN INFORMATIVO «EUROPA SE MUEVE» 25/04.

Trump “RECULA” en su posición arancelaria y supone un margen para Europa

DONALD TRUMP CUMPLE 100 DÍAS COMO PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS: LAS CONSECUENCIAS POLÍTICAS PARA EUROPA

Madrid, 25 de abril de 2025

Mario Blázquez, Colaborador del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo

En solo 100 días, Donald Trump ha logrado sacudir el tablero global con decisiones que han redefinido la política exterior estadounidense, alterado alianzas históricas y puesto en jaque la economía mundial. El impacto de su segundo mandato está aún por decidirse, pero hasta el momento, el neo-aislacionismo y los aranceles se han erigido como una oportunidad que Europa debe aprovechar.                    

El 21 de abril se cumplieron 100 días desde que Donald Trump tomase posesión del cargo de presidente de los Estados Unidos el pasado 20 de enero. En estos tres meses, la política exterior norteamericana ha dado un vuelco, las relaciones internacionales se han transformado y los mercados han sufrido varias sacudidas. Desde Europa, las instituciones comunitarias y sus respectivos Estados han ido respondiendo a cada una de sus medidas, logrando hacer del contratiempo una oportunidad y alcanzando una unidad inédita en tiempos recientes

Apenas llegó a la Casa Blanca, Trump se presentó bolígrafo en mano para firmar toda una serie de decretos dispuestos a trastocar el orden internacional basado en normas, aquel que los propios Estados Unidos defendió y trabajó por construir el siglo pasado.

El retiro del Acuerdo de París y de la Organización Mundial de la Salud, el indulto a los asaltantes del Capitolio, deportaciones masivas de migrantes a cárceles en el extranjero (suspendidas ya por orden del Tribunal Supremo), la supresión de fondos para la ayuda humanitaria, los ‘recortes’ a la administración, la revocación de derechos laborales y los numerosos despidos, son solo algunas de las medidas iniciales que acompañaron al republicano en su segundo mandato.

En el plano internacional, su administración viene siendo recordada por sus insólitas declaraciones, los incumplimientos de sus compromisos internacionales y la tentativa de una guerra económica. Las retiradas reivindicaciones de soberanía sobre el Canal de Panamá y Groenlandia y la visita del vicepresidente JD Vance (así como de su mujer) a la isla danesa, no evitaron que los comicios diesen como vencedor al sector moderado del independentismo. En el conflicto de Gaza, pese a su rol activo como negociador, no ha logrado poner fin a las hostilidades; al contrario, ha dado su beneplácito a la limpieza étnica y ha agitado a la opinión pública con su propuesta de convertir a la Franja en la «Riviera de Oriente Medio».

En la guerra de Ucrania, la cual acabaría “en menos de 24 horas” tras declararse como presidente, suspendió el respaldo militar y financiero al presidente Zelensky, inició conversaciones de paz al margen de la UE y del propio país invadido, se posicionó del lado de Putin y, tras enormes esfuerzos de mediación, no alcanzó más que una breve tregua por Pascua, que además fue anunciada de forma unilateral por el autócrata ruso. De hecho, el neoyorquino ha amenazado recientemente con abandonar las negociaciones de paz si, a corto plazo, los contendientes no llegan a un acuerdo.

Aun con todo lo anterior, la más controvertida de sus decisiones ha sido la implantación de los “aranceles recíprocos”, consistentes en la imposición de tarifas del 10% a todos los productos que entren a los Estados Unidos, con porcentajes diferenciados para el grupo de países considerados como “desleales” o “enemigos del comercio”. El día 2 de abril, bautizado como ‘Día de la Liberación’, Trump ofreció una rueda de prensa en la que enseñó una lista con los gravámenes para cada país, entre los que destacaron un 20% a la Unión Europea o un 34% a China. De forma unilateral y sin precedentes, el presidente estadounidense hizo tambalearse el comercio, la economía y la política mundial con sus desastrosas acciones.

Las consecuencias no se hicieron esperar y las principales bolsas de valores del mundo, incluida la de Wall Street, sufrieron sendas caídas y pérdidas en la sesión del día siguiente. Sin embargo, la presión sobre los mercados norteamericanos obligó a que, días después, el mismo Trump anunciase una pausa de 90 días de la segunda tasa arancelaria, con excepción a China, con quien mantiene una guerra comercial que incluye tarifas del 145% a sus productos.

Sin embargo, esta escabrosa situación ha supuesto (y supone) una gran oportunidad para Europa, que ha encontrado en Trump la coyuntura ideal para alcanzar unidad a nivel interno (como ya se ha visto en las resoluciones acerca de Ucrania, donde se alcanzó un consenso prácticamente pleno); y socios comerciales a nivel externo. Frente al proteccionismo y el populismo de Washington, Europa no se ha quedado de brazos cruzados. La UE está liderando el mundo libre y lleva semanas trabajando en la exploración de nuevos mercados.

Así se ha demostrado con los diversos acuerdos comerciales que se han trabajado en los tres últimos meses y que han llevado a la Comisión y su presidenta, Ursula von der Leyen, a mantener entrevistas y conversaciones con los líderes de India, Sudáfrica, varios países de Asia Central, EAU o Singapur, este último en el marco de una cooperación más estrecha con el CPTPP (Acuerdo General y Progresista de Asociación Transpacífico). Pero también con su refuerzo en la ayuda a Ucrania, que supera ya en un 20% a la proveniente de Estados Unidos, demostrando que la idea que se venía vendiendo de que Kiev sucumbiría sin la ayuda norteamericana, es un mero sofisma. Con todo, tal y como comentó la semana pasada el comisario de comercio Šefčovič “la UE sigue siendo constructiva y está dispuesta a llegar a un acuerdo justo. (…) Para lograrlo, será necesario un importante esfuerzo conjunto de ambas partes”.