1- Aranceles: cronología del titubeo. Jorge Solana.
15º BOLETÍNINFORMATIVO «EUROPA SE MUEVE» 25/04.
Trump “RECULA” en su posición arancelaria y supone un margen para Europa
ARANCELES: CRONOLOGÍA DEL TITUBEO
Madrid, 25 de abril de 2025
Jorge Solana, Colaborador del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo
Los nuevos zarandeos de Trump a su ya desconcertante política económica han sacudido los mercados financieros y las previsiones económicas para su país, mientras el resto del mundo recoge un impacto menor de la ola proteccionista
Durante las últimas semanas, la tan ansiada liberación prometida por el presidente de EE.UU. se ha ido desinflando, y hoy por hoy buena parte de esta estrategia está pausada. Tras una escalada arancelaria con China, que alcanzó aranceles recíprocos del 145% y 125% respectivamente el 9 de abril, la Casa Blanca ya prometía – en mayúsculas – al resto del mundo una recompensa si no “tomaban represalias”, en otras palabras repetir su misma receta: gravar las importaciones estadounidenses. Ese mismo día anunciaba una pausa global sobre el resto de aranceles impuestos el día 2 de abril. Y eso que, según Trump, los líderes mundiales hacían cola para “besarle el culo” y llegar a acuerdos comerciales lo más rápido posible.
Aunque las bolsas, en las que Trump animó a comprar momentos antes de la pausa, experimentaron fuertes repuntes tras desplomarse en hasta un 10% tan solo horas antes, la incertidumbre no ha cesado. En un nuevo intento por desviar el foco, comenzó a arremeter contra el presidente de la Reserva Federal, Jay Powell, declarando públicamente que no descartaba encontrar la vía para cesarle si no seguía su consejo y bajaba los tipos de interés; amago que ya de por sí volvió a desatar un pánico a la baja en las bolsas que se ha relajado con unas declaraciones más respetuosas con la independencia de la Reserva Federal en los últimos días.
Con estos giros, en los que ya es imposible encontrar una línea teórica mínimamente coherente, los principales damnificados han sido los mercados financieros estadounidenses. Las bolsas han experimentado fuertes caídas y repuntes con cada anuncio del presidente, que – salvo para las finanzas de algunas congresistas como Marjorie Taylor Greene, señalada por los demócratas por incrementar sus stocks de acciones en los momentos previos a la pausa – han consolidado un clima de alta incertidumbre para la inversión en Estados Unidos, y en dólares. No en vano, la divisa ha experimentado una constante depreciación, que solamente desde el 9 de abril ha caído un 4,5% respecto al euro. En estos meses, la moneda europea y el tradicional oro se están erigiendo como valores refugio para los inversores internacionales. Una de las compañías que registran mayores caídas en su cotización, de hasta el 70%, es precisamente Tesla, de su estrecho colaborador Elon Musk.
Por otro lado, las decisiones de Trump ya le están costando, de momento, una fuerte bajada en las previsiones de crecimiento para este año. Tanto el Eurogrupo como el FMI han reducido sus perspectivas de aumento del PIB de EE.UU en 2025 en un 0,8%, o lo que es lo mismo, en más de un 30% respecto a 2024. Aunque de momento se queda en una desaceleración económica, las continuas bajadas pueden acabar conduciendo a una recesión.
Pese al peligro de contagio, el resto del mundo y Europa en particular están aguantando considerablemente el golpe. Las mismas previsiones apuntan a una reducción del crecimiento de la UE en un 0,2%, un 75% menos que para los (ya dudosos) aliados transatlánticos, y de momento están exhibiendo una muy mayoritaria unidad – de la que solo se ha descolgado, hasta el momento, Hungría – en torno a una política moderada de respuesta: sin entrar en una guerra dialéctica, la UE está priorizando el diálogo con el gigante americano, y aunque ya estaban aprobados los aranceles de respuesta al 25% impuesto sobre el acero y aluminio, la Comisión ha seguido los pasos de Trump y han pausado esta medida en busca de un acuerdo global en estos noventa días de tregua. En palabras del comisario Dombrovskis (Economía y Competitividad), “no hay necesidad de continuar dañando la economía estadounidense y la nuestra”, y apuesta por el diálogo aunque asegurando que la UE está “lista para responder con contramedidas para proteger nuestros intereses, nuestros ciudadanos y nuestras compañías”.
Aunque la propia naturaleza de la UE, con 27 voces propias que coordinar en cada decisión, complica seguir los pasos más bien frenéticos de Trump, su torpeza económica ya ha evidenciado una debilidad que puede ser usada en favor de Europa. Y en ello es crucial lo que ha conseguido la UE hasta ahora: firmeza, seriedad y consenso. Las instituciones europeas se muestran listas ante cualquier escenario, y aunque el riesgo de un nuevo anuncio desconcertante desde Washington no parece remitir, su fuerza radica en su unión, y mantenerla implica no resquebrajarla, si no fortalecerla aún más.
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