7º BOLETÍN INFORMATIVO «EUROPA SE MUEVE» 24/01.
La toma posesión de Trump y la reacción de la UE, el poder de las grandes tecnológicas y el alto al fuego en Gaza. Un inicio de año trémulo.

Regulación digital de la UE: Frente al tecnofeudalismo y la instrumentalización de la información por parte de las grandes tecnológicas
Madrid, 24 de enero de 2025
Carlota Muñoz, Becaria del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo
El rápido avance de las tecnologías de la información ha provocado el nacimiento del “tecnofeudalismo” de la mano de las grandes empresas, también conocidas como “Big Tech”, que cumplen con el rol de los señores feudales. Nosotros, los usuarios de las plataformas digitales, nos hemos convertido en un análogo de los siervos dependientes de los señores feudales, ahora digitales. Controlan una variedad de actividades diarias, desde la comunicación con nuestros seres queridos hasta el consumo y entretenimiento, haciendo que toda la información y recursos digitales pasen primero por sus manos, influyendo en la economía e, incluso, en las decisiones políticas. La Unión Europea ha tomado las riendas de la regulación ante este peligro inminente, con 3 iniciativas de normativa para regular el mercado, la competitividad y la IA.
La preocupación ante el ascenso de las Big Tech como Apple, Amazon o Meta en la escala de poder viene de la recopilación y utilización de datos personales de los usuarios, pero también de la autoridad que están ganando en los ámbitos económicos y políticos. Poco a poco han ido logrando una influencia significativa sobre el discurso público, a través de algoritmos que priorizan contenidos que maximizan la atención del usuario, muchas veces incentivando la polarización social y el discurso de odio. En términos económicos, la concentración de capital en un número tan reducido de corporaciones ponen en duda la estructura del sistema económico y las dinámicas de poder, ya que limitan la competencia e innovación del sector al crear barreras para nuevos emprendedores o pequeñas empresas.
Ante este peligro inminente, la Unión Europea ha desplegado una serie de medidas innovadoras para frenar el poder de grandes tecnológicas y proteger así a los usuarios y empresas europeas. Destacamos la Ley de Mercados Digitales (DMA), aprobada en 2022, con el objetivo de evitar prácticas desleales y garantizar que en el entorno competitivo de las corporaciones digitales puedan coexistir tanto grandes como pequeñas empresas. Está dirigida específicamente a los gatekeepers, plataformas con influencia desproporcionada en el mercado ya sea por su tamaño o por el papel que juegan como intermediarios entre usuarios y servicios digitales. Entre algunos de sus objetivos encontramos el minimizar el favoritismo propio, entendiendo este como la venta de productos propios en su plataforma frente a productos de terceros como podría ser el caso de Amazon; la prohibición de restricciones de interoperabilidad e impedir las prácticas de bloqueo de datos.
Adoptada también en 2022, la Ley de Servicios Digitales (DSA) establece un marco regulador innovador para mejorar la seguridad del entorno digital, así como proteger los derechos de los usuarios y aumentar la transparencia de las plataformas online. Se estructura entorno a cuatro áreas de acción, siendo la primera la moderación de los contenidos de plataformas digitales, lo que incluye la eliminación de todo contenido que infrinja las leyes de la UE, la prohibición de censura arbitraria y la protección de la libertad de expresión manteniendo un equilibrio con los controles de contenido ilegal. El segundo eje es la transparencia de los algoritmos, obligando a las empresas y plataformas a explicar cómo funcionan. En tercer lugar tiene que ver con la rendición de cuentas en cuanto a la publicidad en línea, establecimiento la prohibición del uso de datos sensibles para personalizar anuncios, además de la obligación de las plataformas a proporcionar información clara sobre quién financia el anuncio y por qué se está mostrando. Por último, plataformas con más de 45 millones de usuarios de la UE están sujetas a normas más estrictas, teniendo que realizar auditorías anuales sobre los riesgos de sus sistemas y publicar informes periódicos sobre sus actividades de moderación y el impacto de sus algoritmos en la sociedad. Este es el caso de Google, Meta y Amazon, entre otros.
Dado el auge del uso de inteligencia artificial, ya sea a través de Google o Chat gpt, la Unión Europea ha liderado la creación de un marco normativo con el objetivo de garantizar que esta tecnología sea transparente, segura y alineada con los valores éticos fundamentales de la Unión. Proponen una clasificación por niveles de riesgo para aplicar diversas formas de supervisión y restricciones. Se divide en cuatro niveles de riesgo, primero, IA de alto riesgo, que incluye herramientas utilizadas en sectores críticos como la salud, la educación, la justicia y las finanzas, requiriendo de supervisión humana directa Está seguido del nivel de IA de riesgo limitado, incluyendo los chatbots, sistemas de atención al cliente o videojuegos basados en IA. El nivel de IA de bajo riesgo, herramientas como asistentes virtuales o sistemas de automatización del hogar. Por último, incluyen un nivel de herramientas IA prohibidas como los sistemas de vigilancia masiva en tiempo real que no cuenten con justificación legal, entre otras.
Estas tres medidas son algunas de las iniciativas de la Unión pensadas para limitar el poder monopolístico de las grandes tecnologías, proteger a los ciudadanos contra abusos, ya sea mediante los algoritmos opacos, la desinformación o la vigilancia masiva, y fomentar un mercado digital más equitativo y competitivo, asegurando que las pequeñas empresas y los derechos de los usuarios no se queden a la sombra de las Big Tech. Proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos europeos y, por consiguiente, de las empresas europeas es una de las misiones de la UE y este nuevo enfoque busca equilibrar la balanza de la era de las grandes corporaciones digitales poniendo el foco en las necesidades de la ciudadanía de a pie y de los nuevos emprendedores.
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