LA POSTURA DE BUSINESSEUROPE FRENTE A LA POLÍTICA COMERCIAL DE CHINA. Diego Martínez

3º BOLETÍN INFORMATIVO «EUROPA SE MUEVE» 25/11.

La UE reafirma su compromiso con Ucrania y el futuro del gobierno europeo se va definiendo 

LA POSTURA DE BUSINESSEUROPE FRENTE A LA POLÍTICA COMERCIAL DE CHINA

Madrid, 27 de noviembre de 2024

Diego Martínez, Colaborador del CFEME

El pasado 20 de noviembre, la organización patronal europea BusinessEurope (antes conocida como Unión de las Industrias de la Comunidad Europea) que representa a 40 organizaciones patronales de 35 países (entre ellas la CEOE) publicó un position paper en el que se examinan las relaciones comerciales entre la UE y China. En este documento se defiende la necesidad de evitar las políticas proteccionistas para trabajar en una relación mutuamente beneficiosa entre Pekín y Bruselas a largo plazo, buscando evitar agravar las tensiones comerciales a largo plazo.

El principal representante industrial de la Unión señala que China sigue siendo un mercado crucial para las compañías europeas, al ser la segunda economía más grande del mundo y el segundo mayor socio comercial de la UE. A lo largo de las 24 páginas del informe, se ponen de manifiesto 5 puntos significativos.

En primer lugar, los retos crecientes para las relaciones entre ambas potencias que no favorecen una buena situación comercial. El contexto geopolítico no es favorable, debido principalmente a la postura China ante la agresión de Rusia a Ucrania -que no agrada a sus socios europeos, así como por la rivalidad creciente entre EEUU y el país asiático marcada por la escalada en los enfrentamientos comerciales y los enfrentamientos estratégicos.

Business Europe también pone el foco en los desequilibrios crecientes y la falta de reciprocidad de China respecto a las relaciones económicas con la UE, señalando las múltiples barreras comerciales, las distorsiones del mercado, los desequilibrios competitivos y unas sobrecapacidades problemáticas, que son el resultado del apoyo gubernamental a gran escala por parte del Estado chino. Todo esto enmarcado dentro de una política nacional China que busca dar prioridad a la seguridad nacional y la autonomía por encima de la economía, junto con una creciente politización del entorno empresarial en el país asiático.

En segundo lugar, ante este panorama desfavorable, los autores del documento abogan por implementar una estrategia de derinsking, es decir, por reducir las vulnerabilidades y mitigar o gestionar los riesgos y las dependencias dentro del marco de las existentes relaciones económicas. Esta estrategia se opondría frontalmente a un posible decouple (desacoplamiento) que consistiría en minimizar las relaciones comerciales o desacoplar por completo las cadenas de suministros.

Para conseguir lograr esta minimización de riesgos asociada a la dependencia excesiva -especialmente en minerales críticos- sin renunciar al mercado chino, BusinessEurope propone reducir la exposición en aquellas áreas en las que Pekín tenga una posición dominante. Para ello proponen: 1) Reforzar la competitividad de la Unión Europea a través de la reducción de la carga reglamentaria de la UE y apoyar un mercado único europeo bien integrado, así como una ambiciosa estrategia industrial que garantice la resiliencia; 2) La diversificación y asociación con otros actores mediante acuerdos comerciales que permitan un mayor rango de mercados para las exportaciones y las importaciones, la rápida aplicación de la Ley de Materias Primas de la UE o mediante acuerdos de asociación digital; 3) Mejorar la oferta de la UE a socios de países terceros para permitir la mejora de acuerdos comerciales en ámbitos en los que hasta ahora se depende de China, como podría ser la importación de materias primas de “like-minded partners” como ALC.

En tercer lugar, el paper defiende que la UE debe defender sus intereses. Para ello tiene que seguir utilizando las herramientas con las que ha contado hasta ahora, es decir, debe emplear los diversos instrumentos a su disposición para salvaguardar la competitividad de sectores cruciales para la economía de la UE, incluyendo medidas tradicionales de defensa comercial, como el antidumping -venta a pérdidas- que busca evitar la competencia desleal. Pero el documento también señala que estas medidas deben aplicarse con criterio, basándose en investigaciones exhaustivas y en un análisis caso por caso, respetando plenamente las normas de la OMC y teniendo siempre en cuenta lo que más conviene a los intereses de la UE.

Sumado a esto, se propone una cooperación estratégica de la UE con sus aliados y socios en cuestiones relacionadas con China, particularmente reforzando sus relaciones con otros socios y especialmente el llamado “Sur Global”. Para construir eficazmente estas asociaciones, los proyectos de la estrategia Global Gateway son cruciales para ofrecer una alternativa creíble a la iniciativa china de la Nueva Ruta de la Seda a la hora de satisfacer las necesidades de inversión de los países en desarrollo. En definitiva, defienden el multilateralismo como el enfoque preferido para gestionar las relaciones mundiales, pero también consideran viable la creación de “clubes de voluntarios” y acuerdos plurilaterales para avanzar en cuestiones concretas y evitar el estancamiento, “clubes” deben estar abiertos a todos los países que estén dispuestos a participar.

En cuarto lugar, se habla de la necesidad de una UE fuerte y unida que actúe de forma estratégica y a largo plazo. La UE ha respondido principalmente a las acciones de China, en lugar de tomar medidas audaces y con visión de futuro para influir en los acontecimientos futuros a favor de los intereses de Europa. Aunque esta estrategia reactiva puede tener eficacia a corto plazo, es menos probable que tenga éxito a largo plazo, ya que permite que otros actores dicten la dirección del entorno geopolítico y del enfoque de Europa. La UE debería desarrollar una visión global de las relaciones UE-China en el contexto mundial actual, definiendo claramente lo que Europa quiere de China, con la participación de la comunidad empresarial. Esta visión permitirá a la UE formular una estrategia coherente a largo plazo para China.

Para ello, consideran necesario dotarse de los recursos necesarios, destacando: 1) El establecimiento de un diálogo estratégico sobre China, en el que participen los Estados miembros de la UE, las instituciones de la UE y la comunidad empresarial; 2) La capacidad de investigación de la UE sobre China debe incrementarse para apoyar una formulación de políticas informada, inteligente y eficaz; 3) El desarrollo de sus ventajas competitivas y centrarse en potenciar estos activos para reforzar su resistencia y aumentar su importancia en las cadenas de suministro mundiales, 4) Una estrategia orientada al futuro también debería tener en cuenta las inversiones chinas que recibirá la UE en los próximos años, en particular las inversiones en nuevas instalaciones.

En último lugar, y en defensa del mantenimiento de los diálogos comerciales con China, se pasa a analizar las áreas en las que se debe continuar con esta cooperación. Primeramente, en el cambio climático y en las cuestiones relacionadas con el medioambiente y la sostenibilidad. En segundo lugar, en la reforma de la OMC para garantizar la eficacia del sistema multilateral de comercio.

En un plano más concreto, las negociaciones con China sobre el Acuerdo General sobre Inversiones (CAI), concluyeron a finales de 2020. Sin embargo, el CAI nunca fue ratificado debido a las contrasanciones impuestas por Pekín a varios eurodiputados (entre otros ciudadanos e instituciones europeas), en represalia por las propias sanciones de la UE contra cuatro funcionarios chinos y una entidad, por abusos de los derechos humanos en Xinjiang. 

BusinessEurope considera que el CAI fue, en el momento en que se negoció, un paso adelante, ya que el acuerdo podría haber abordado potencialmente algunos de los desequilibrios comerciales y de inversión entre la UE y China. Sin embargo, la suspensión del proceso de ratificación ha impedido que el CAI salga a la luz. Dados los cambios significativos en el panorama geopolítico desde que se negoció el CAI, parece que reiniciar el proceso de ratificación no es una opción viable, y alcanzar un acuerdo global -incluso una versión actualizada del CAI- parece bastante improbable. No obstante, BusinessEurope sugiere entablar un diálogo con China sobre cuestiones específicas cubiertas por el CAI, fuera del marco de un acuerdo global.

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