70 Aniversario del nacimiento de la sociedad civil europea

La celebración del 70 Aniversario del Congreso de La Haya del Movimiento Europeo en 1948 coincide con el Centenario del Armisticio que puso fin a la Gran Guerra. Así se denomina a la primera Guerra Mundial que marcó el comienzo del suicidio europeo de la primera mitad del siglo XX y concluyó en 1945 con la cuasi destrucción del continente. En España la fecha no tiene tanto significado porque su no beligerancia permitió un período de crecimiento capitalista que llevó a la primera huelga general en 1917. Sin embargo, la posterior guerra civil se insertó de lleno en esta tragedia continental.

Pero el hecho decisivo que llevó a muchos europeos y a algunas europeas de muy diversos horizontes, ideologías y profesiones a reunirse en la semidestruida ciudad de la Haya en 1948 no fue una convocatoria oficial o gubernamental. Acudieron al llamamiento del Comité Internacional de los movimientos por la unidad europea, compuesto por representantes de lo que hoy se denominan organizaciones no gubernamentales (ongs) tales como la Liga independiente de Cooperación europea, la Unión Europea de Federalistas, la Unión Parlamentaria Europea y el Movimiento por la Unión Europea entre otros. En esencia, una iniciativa de la sociedad civil, es decir autoconvocada por un conjunto de personas que comparten ciertas características y tienen un objetivo común: Civil porque asocia ciudadanos y no forma parte de la órbita militar. Concepto que se ha convertido en la actualidad en un concepto clave, cuya sola mención parece conceder autoridad al que lo utiliza frente al sistema político e institucional.
No se trataba de la Europa de los mercaderes. Entre ellos, había políticos, empresarios y sindicalistas, profesores, periodistas, escritores, intelectuales, agricultores, líderes religiosos . Lo que llevó a tantos ciudadanos europeos a acudir a La Haya y reunirse fue un Nunca más, el rechazo de una experiencia de enfrentamientos nacionalistas y de odios destructores que les habían marcado desde su infancia y que habían vuelto a vivir aumentados y corregidos. Ciertamente, los Presidentes de honor y de las Comisiones eran políticos de raza, con un compromiso democrático demostrado; en cabeza, Sir Winston Churchill con un discurso que hoy se consideraría atrevido y heterodoxo en su partido sobre el compromiso europeo del Reino Unido, Paul Ramadier (Comisión Política), ex primer Ministro de Francia y Paul Van Zeeland, de Bélgica (Comisión económica y Social), y Salvador de Madariaga en la Comisión Cultural. los frutos del Congreso están siempre vivos y actuales : El Consejo de Europa, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el primer paso hacia la Unión Europea.
Esta celebración adquiere un nuevo sentido en el momento actual, víspera de las elecciones europeas de 2019. El rasgo más destacado que las caracteriza es la consolidación del espacio público europeo como tal. Definido por las cuatro libertades, ahora es un espacio compartido de libertad, seguridad y justicia en el que se han ido entretejiendo millones de relaciones privadas entre ciudadanos de 28 países. El Brexit ha demostrado como se trata de una sociedad civil viva y compleja y no solo de una santa alianza entre poderes políticos. La crisis puso a prueba la resistencia y sobre todo la resiliencia de esta retícula, entendida como capacidad de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. Las tendencias registradas en los Eurobarómetros que miden periódicamente la evolución de las opiniones públicas corroboran esta evolución, sobre todo en lo que respecta al ámbito en el que deben definirse las respuestas a desafíos como la globalización financiera, económica, el cambio climático o la inmigración y el asilo.
Desde 2017 este enfrentamiento Por Europa – contra Europa se está repitiendo en las convocatoria electorales de los Estados miembros, por el momento con claras victorias de los partidarios de fortalecer la Unión frente a los partidarios de repliegues nacionalistas o milagros populistas. Asimismo, destaca la activa beligerancia de grandes potencias como Rusia el cambio producido por la Administración Trump en Estados Unidos que han hecho patentes sus respectivos intereses en que Europa no se consolide como una Unión política, económica y monetaria capaz de ser un protagonista global.
Lo más significativo de esta realidad es la consolidación de un espacio público europeo en el que el debate sobre la migración no es objeto de comentario sobre los problemas del vecino sino que pone en causa Schengen, el espacio sin fronteras interiores. O el ejercicio de examen de los presupuestos de los países del Eurogrupo no es un juego de comparación sino que se trata como algo que afecta a la bolsa común. En suma, una Unión con ciudadanía común y moneda única por la que suspiraban los reunidos en La Haya a partir de la paz ya no es un sueño, es una realidad compartida que debemos defender y fortalecer juntos. Buen motivo para celebrar este 70º cumpleaños.

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