1. CELAC – UE: entre la Salsa y el Cascanueces

24º BOLETÍN INFORMATIVO «EUROPA SE MUEVE» 17/11.

CONSTRUYENDO LA EUROPA DEL FUTURO: AMPLIACIÓN, CLIMA Y SEGURIDAD

1. CELAC – UE: ENTRE LA SALSA Y EL CASCANUECES

Madrid, 17 de noviembre de 2025

Guillermo Hergueta, Colaborador del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo

La Unión Europea aterriza en Santa Marta para la IV Cumbre CELAC – UE. Su resultado y su significado político está compuesto por desafíos y oportunidades ante el nuevo paradigma en las Relaciones Internacionales en el cual el viejo mundo está muriendo mientras nace uno nuevo.

Los días 9 y 10 de noviembre tuvo lugar la IV Cumbre CELAC – UE en Santa Marta, Colombia, la cual precede a la COP 30 en Belem, Brasil, que aún se sigue celebrando. Una cumbre en la cual sigue en marcha el desarrollo de una alianza estratégica y necesaria entre la Unión Europea y América Latina frente a ejes multipolares.

En cuanto a la asistencia, todos los países contaron con representación, pero solo acudieron 9 jefes de Estado y/o de Gobierno aparte del presidente del Consejo Europeo António Costa y la Alta Representante de Política Exterior Kaja Kallas. Resulta llamativa la ausencia de algunos líderes nacionales como Macron o Merz e incluso la de la presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von der Leyen.

 El resultado de la reunión quedó plasmado en la Declaración de Santa Marta articulada en 52 puntos y suscrita por 58 de los 60 Estados a excepción de Nicaragua y Venezuela.  Los puntos más importantes de la Declaración se centran en asuntos globales y multilateralismo, economía, desarrollo, cooperación e inclusión y sostenibilidad.

 Estados como Argentina, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Panamá, Paraguay y Trinidad y Tobago se desasociaron de algunos puntos, pero no del grueso de la declaración. El desmarque de Nicaragua y Venezuela es habitual, pero si Venezuela se acomoda en la irrelevancia dentro de este marco, no logrará apoyo regional ni europeo explícito ante la intervención norteamericana que parece inminente según varias fuentes. De hecho, su aliado tradicional, Cuba, ha suscrito la declaración íntegramente.

En la misma declaración, las partes rechazan y muestran una oposición frontal contra el uso de la fuerza e incluso se señala la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico bajo el estricto cumplimiento del derecho internacional. Sin embargo, estos guiños no parecen ser suficientes para Venezuela, que busca maximizar todo lo posible su influencia e intereses, pero lo cierto es que no se encuentra en condiciones para ello.

A nivel político, la cumbre no ha tenido el eco que se esperaba. El hecho de que tan pocos jefes de Estado y/o de Gobierno hayan acudido al encuentro en un momento en el cual ambas regiones deben reconfigurar y diversificar alianzas por necesidad muestra que las agendas propias siguen pesando más que la común. Además, aunque España sea el país que comparte todo tipo de lazos con América Latina, al final del día es el único propulsor en el seno de la UE, pero uno solo no puede construir si los demás no quieren.

En la UE, Rusia es el punto del día tras casi 4 años de guerra en Ucrania, a la que hay que añadir la guerra híbrida con los cada vez más frecuentes avistamientos de drones rusos en el este y norte de Europa. En Latinoamérica, la polarización va creciendo y los colores políticos van cambiando a pasos agigantados tras años de estancamiento. 

Sin embargo, hay un actor que podría servir como nexo: Estados Unidos bajo la administración Trump. Entre el distanciamiento con Europa y las operaciones militares en su patio trasero, se reducen las opciones y la nueva dinámica global obliga a tener iniciativa.

La Unión Europea y América Latina son dos actores sin pareja de baile en una sala de transformación global frente a las danzas poderosas del cascanueces ruso. Por ese motivo, existe la necesidad imperante  de bailar salsa para sobrevivir a un mundo nuevo en el que se ha de sobrevivir con proyección de poder duro para ser relevante y respetado.