En esta ocasión, me dirijo a ustedes en mi calidad de – si mis datos son correctos – como el X Presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, ya que he sido elegido hace unas semanas. Para mí, es un gran honor dar continuidad a la obra construida por tal relevantes figuras: Salvador de Madariaga, Rodolfo Llopis, Manuel de Irujo, Fernando Álvarez de Miranda, Carlos María Bru, José María Gil-Robles y Eugenio Nasarre. Espero, deseo y, me comprometo a intentar estar a la altura de las circunstancias.
Las circunstancias con las que nos encontramos en España a siete meses de las elecciones europeas son, en gran medida contradictorias ya que; por un lado la percepción de los europeos – y también los españoles – medidos a través de diversas encuestas y especialmente, con la del Eurobarómetro, es el momento posiblemente más positivo del proyecto europeo de, al menos, los últimos diez años, tanto en relación a la confianza y a las ventajas de su pertenencia; como a la creencia sobre el futuro del mismo. Así mismo, unos y otros reivindican más Europa a través de la consecución de más competencias para la Unión Europea en ámbitos tales como la Unión Económica y Monetaria, Modelo Social, Política Exterior y Defensa.
Al mismo tiempo, Europa vive un relanzamiento como consecuencia, de la cohesión entre los Estados miembros, las instituciones y la percepción ciudadana, en gran medida como consecuencia del Brexit, que parecía en el verano de 2016 que “estábamos en una crisis existencial” y sin embargo, en la actualidad se entiende de forma generalizada que el Brexit está siendo una oportunidad para el relanzamiento europeo y un factor federalizador interno. Así mismo, el Presidente Trump se está convirtiendo en el federador externo.
Sin embargo, la percepción que se desprende en gran parte de los medios de comunicación españoles es prácticamente la contraria; que nos encontramos en un momento muy difícil, que existe un estancamiento en el proyecto europeo, que las instituciones no funcionan, que las elecciones se presentan con muchísimas incertidumbres y grandes nubarrones y que no hay un diseño respecto al futuro que tenga un consenso amplio entre los partidos políticos.
Quizá la expresión más clara de la existencia de un diseño común sobre el futuro de Europa es el Manifiesto firmado por varios Ex Presidentes del Movimiento Europeo Internacional en el documento del Grupo Spinelli de 04 de septiembre de 2018, titulado “Manifiesto sobre el futuro de Europa: un destino compartido” en el que doce Parlamentarios Europeos de los principales grupos políticos tales como Elmar Brok y Danuta Hübner del Partido Popular Europeo; Mercedes Bresso y Jo Leinen del Partido Socialista Europeo; Andrew Duff y Guy Verfhosfstadt del Grupo Liberal y Mónica Frassoni de los Verdes entre otros, defienden como conseguir ese futuro común.
Dicho Manifiesto se fundamenta en la noción de soberanía europea, noción que también utilizan el Presidente Macron y el Presidente Juncker cuando afirma “es la hora de la soberanía europea”. El Manifiesto valora la relevancia de las elecciones y se establece la estrategia para la próxima legislatura del Parlamento Europeo, con objeto de conseguir consolidar el proyecto federal europeo. En ella se aborda la necesidad de una profundización federal a través de una reforma de los tratados que se realice mediante una III Convención Europea. Se señalan cuales son los cambios fundamentales y algunos medios para conseguir llevarlo a efecto.
Teniendo en cuenta esta guía que está pasando desapercibida en España, entendemos que lo que nos jugamos en las próximas elecciones no es el peso de los populismos o hasta donde llega la extrema derecha o si va a tener más peso el Norte que el Sur o el Este que el Oeste; ni, incluso si la composición del Parlamento va a bascular hacia la derecha o hacia la izquierda, sino lo que nos jugamos es si el proyecto europeo de carácter federal se va a reforzar durante la IX Legislatura siguiendo el camino que inició el Movimiento Europeo cuando se creó, hace ahora 70 años.
Consideramos que en España la situación es mejor que la de otros países, ya que no tenemos partidos de carácter populista equivalentes a lo que existe en Italia, Francia, en Polonia o, incluso, Alemania. Por ello, no tiene sentido exagerar entre nosotros la importancia de estos grupos. Entendemos que nuestra labor debe ser – ahora, que todavía queda siete meses para las elecciones – conseguir que los partidos que han sido los que han hecho posible la construcción europea de hoy, incorporen en sus programas gran parte de los planteamientos del citado Manifiesto u otros equivalentes, con el objeto de reforzar el modelo político federal europeo.
Lo que está en juego en la próxima legislatura del Parlamento Europeo es la consolidación del proyecto federal europeo y del modelo de sociedad de bienestar, que es lo más característico de la construcción europea y es lo que la diferencia del modelo americano y del asiático. Cada vez somos más los autores que pensamos que si a lo largo de las próximas legislaturas no reforzamos de forma cualitativa nuestra opción, nuestros nietos terminarán teniendo que hablar chino.
Teniendo en cuenta estas circunstancias, el Movimiento Europeo se encuentra con la obligación de aportar claridad e información ante esta situación contradictoria. Por ello, el objetivo fundamental que tenemos para estos próximos meses es abordar el tema de las elecciones explicando los condicionantes y las alternativas que se plantean en dichas elecciones fundamentando la posición del Movimiento Europeo. En este sentido, en el número que el lector tiene en sus manos, se verá que hay varios artículos que coinciden con esta visión positiva de la Europa de hoy.
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