El encuentro “Dando voz a los europeo” del jueves 6 de mayo pasado, organizado por los Jóvenes Europeos Federalistas de Madrid con ocasión de la celebración del Día de Europa, obtuvo una importante participación por parte de los estudiantes así como el Movimiento Europeo España, que intervino a través de su Presidente Carlos María Bru.
El primer experto que tomó la palabra fue el Catedrático Jean Monnet de Derecho de la Unión Europea a la UC3M, Carlos Javier Moreiro González, el cual basó su discurso sobre “El principio democrático en el Tratado de Lisboa” en cuanto a la actual crisis griega. En su opinión no es casualidad que la UE, en el momento más hermoso de su integración política, la que corresponde a la implementación de las nuevas medidas del Tratado – que acaba de entrar en vigor – sea paralizada por esta crisis económica de tan graves dimensiones. “En el momento en el que la UE pueda afirmarse como potencia mundial, sus enemigos externos actúan para tratar de obstaculizar su adelanto”.
El Tratado de Lisboa apenas cuenta con 6 meses de vida y ya sería necesaria una intervención que lo modifique, porque los instrumentos jurídicos con los que los Estados Miembros debería aportar su “solidaridad” – a la que tanto se alude entre los valores de la UE – a través de operaciones económicas encaminadas a ayudar a Grecia, no están claros y paralizan la concertación de las operaciones.
Europa necesita crear una gobernanza económica eficaz lo antes posible, para afrontar la crisis económica actual. Los gobiernos de los Estados Miembros tienen la responsabilidad de manifestar la voluntad política de progresar rápidamente, hacia una integración más política, jurídica y económica, para la supervivencia de todos, y no sólo para los que hoy están empantanados en la crisis.
La segunda intervención corrió a cargo del Presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo, Carlos María Bru Purón, quien discutió sobre “La iniciativa legislativa popular en la Unión Europea”. Una nueva disposición del Tratado de Lisboa prevé que un grupo de al menos un millón de ciudadanos de la Unión – que sean nacionales de un número significativo de Estados miembros – podrá tomar la iniciativa de invitar a la Comisión Europea a que presente una propuesta adecuada sobre cuestiones que estos ciudadanos estimen necesarias para la aplicación de los Tratados.
Al Presidente del CFEME le parece particularmente inoportuna la previsión de firmas mínimas pedidas a cada Estado Miembro e individuadas a través del principio de proporcionalidad digresiva (el mismo que se aplica para la atribución de los escaños en las elecciones europeas) porque genera una desproporcionalidad, véase desigualdad, de condiciones entre los ciudadanos europeos que quieren tomar la iniciativa de dirigir propuestas a la Comisión. Por otro lado esta previsión aparece contraria a cualquiera sentido del principio democrático, manteniendo la condición de un millón de firmas autentificadas.
La necesidad de una representación ciudadana a nivel europeo parece necesaria frente a la crisis representativa nacional y, dado que no parece que los partidos políticos europeos estén incrementando su influencia, parece siempre más importante el abordar la cuestión de la participación ciudadana incrementándola y tratando de reducir al mínimo la abstención participativa, que con tanto se manifiesta durante las elecciones europeas.
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