Cómo superar el bloqueo en el Consejo Europeo

Desde el 26 de marzo estamos asistiendo a un bloqueo del Consejo Europeo como consecuencia de la negativa a aceptar, o a dar una respuesta satisfactoria, a la carta de los nueve presidentes de gobierno (Sophie Wilmès, Primera Ministra de Bélgica; Emmanuel Macron, Presidente de la República Francesa; Kyriakos Mitsotakis, Primer Ministro de Grecia; Leo Varadkar, Primer Ministro de Irlanda; Giuseppe Conte, Primer Ministro de Italia; Xavier Bettel, Primer Ministro de Luxemburgo; António Costa, Primer Ministro de Portugal; Janez Janša, Primer Ministro de Eslovenia; Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno de España) al Presidente del Consejo Europeo, Charles Michel. Este hecho esta llevando a rebrotar las posiciones nacionalistas en diversos Estados miembros.

Esta radicalización no ayuda a encontrar soluciones, sino que hace todavía más difícil el entendimiento. Con ello, esta transcendiendo entre la opinión publica que el Consejo Europeo no está funcionando bien y, por ello, se colige que Europa o la Unión Europeo no está funcionando, lo cual no es exacto. Esto esta llevando a una confrontación de la percepción opuesta de los intereses nacionales, cuestión que ocurre en muchas ocasiones. En esta ocasión, esta percepción, es quizá más fuerte que en otras, debido tanto a la relevancia e importancia de la crisis y a los distintos intereses que hay en juego, como al funcionamiento del Consejo Europeo por vía telemática.

La principal función del Consejo Europeo es dar un impulso político al conjunto de la Unión Europea y resolver, cara a cara, entre los Primeros Ministros, los temas más importantes que se enconan en los niveles inferiores. Para conseguir este objetivo, tiene mucha importancia que estos encuentros se hagan de forma presencial, ya que, en los pasillos, en los descansos o a través de los diferentes equipos en espacios adicionales, se van limando las distintas posiciones para alcanzar el acuerdo por consenso, evitando la unanimidad. La práctica comunitaria nos enseña que a través de este procedimiento y de consejos maratonianos de muchas horas presenciales, se termina alcanzando acuerdos.

De tal manera, queel sistema telemático utilizado en los últimos tres Consejos Europeos –de los días 10, 17 y 26 de marzo– han desvirtuado la propia naturaleza del Consejo Europeo, ya que este no estaba pensados ni diseñados para esta clase de reuniones a distancia. Esto es algo parecido a lo que nos está ocurriendo en nuestras clases de las universidades presenciales, ya que queremos impartirlas a través de medios telemáticos, a distancia, y no funciona, ya que no están preparadas para ello, únicamente lo están aquellas que así lo están diseñadas, como la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Por ello, es prácticamente imposible que se consigan acuerdos por esta vía. De este modo, el próximo Consejo Europeo, que se celebrará el próximo Jueves o Viernes Santo, debería hacerse de forma presencial. Más aún cuando una de las condiciones para conseguir el consenso es que las reuniones sean cerradas y reservadas y que no haya filtraciones. En este sistema telemático, cada gobierno esta tentado a filtrar lo que les interesa, a los medios de comunicación nacionales, con lo cual, cada vez se complica más la posibilidad de llegar a acuerdos.

Otro de los caminos para resolver y superar este enfrentamiento es utilizar el conjunto del sistema institucional, que en líneas generales esta funcionando bien. Sin embargo, no están teniendo suficiente repercusión en los medios de comunicación de los Estados miembros. A título de ejemplo del buen funcionamiento de algunas de las instituciones de la UE, ha sido la importante decisión del Banco Central Europeo, del 18 de marzo, que garantizará la liquidez del sistema por un valor de 750.000 millones de euros al conjunto de la zona euro. También se señaló que “se tomarán todas las decisiones necesarias” como dijo Mario Draghi en 2012.

El Banco Central Europeo, como es sabido, tiene un método de toma de decisiones federal y, por tanto, no es posible que un Estado o varios Estados bloquen la decisión. Algo parecido esta ocurriendo en el procedimiento legislativo ordinario, donde la Comisión Europea ha hecho diversas propuestas para transformar fondos y hacerlos operativos ya. El Parlamento Europeo, el jueves 26 de marzo, decidió casi por unanimidad, con una mayoría abrumadora de más del 80% de la eurocámara, la aprobación de dichos cambios en los fondos. Siguiendo el procedimiento legislativo ordinario, el Consejo de ministros de la UE necesitará aprobarlo, aunque por mayoría cualificada y lo aprobará. Es decir, hay que evitar los sistemas intergubernamentales que permite que un Estado miembro pueda bloquear una decisión de los veintisiete.

Esta semana, la Comisión Europea ha preparado dos iniciativas importantes que habrá que resolverlas, en gran medida por el procedimiento legislativo ordinario. Concretamente, el 2 de abril, presentará una iniciativa para movilizar fondos estructurales del FEDER, del Fondo Social Europeo y el Fondo Social de Cohesión, entre otros, para dar una respuesta al Coronavirus y reducir sus consecuencias sociales y económicas. Así mismo, la Comisión Europea está preparando una propuesta, que ya estaba en su agenda estratégica, para poner en marcha a lo largo del año sobre un reaseguro de desempleo, que la actual crisis ha hecho acelerar los trabajos para poner en marcha rápidamente este instrumento en funcionamiento.

Otra decisión, aún más importante, ya que va a afectar a los próximos siete años es que la Comisión ha retirado su propuesta para el Marco Financiero Plurianual, como consecuencia de la crisis epidémica. La Comisión está elaborando rápidamente un nuevo proyecto de presupuestos para el periodo de 2021-27 –la primera propuesta de MFP estaba en torno al 1,15% del PIB nacional de los Estados miembros y ahora se está hablando que la nueva propuesta va a estar alrededor del 1,5%–. Este cambio profundo será posible debido a la gravedad situación a la que nos enfrentamos.

En algunos medios se está confundiendo el bloqueo del consejo en sus tres últimas reuniones a distancia, con la falta de funcionadito de la Unión Europea. Incluso hay quien dice que hay que volver a los Estados cuando es precisamente lo que no funciona, el sistema intergubernamental de decisiones por unanimidad. Quien así opina, olvida que una de las virtudes del modelo comunitario, en funcionamiento desde hace casi setenta años, es la puesta en común de las soberanías nacionales, a partir de una atribución de competencias constitucionales a las instituciones comunes y estas tienen la obligación de ejercerlas en común a través del método comunitario, que no exige unanimidad salvo excepciones.

En todo caso, hay que recordar que en esta crisis del coronavirus, si bien, durante los primeros días hubo una cierta descoordinación y varias decisiones unilaterales entre los Estados miembros a partir de la segunda semana de marzo, las instituciones fueron tomando decisiones, bien coordinadas o bien en común según sus competencias, de forma cualitativamente diferente a como se hizo en la crisis económica y financiera que comenzó en 2008, que prácticamente hasta que no hubo una amenaza completa en agosto de 2012 al euro, el BCE no tomó las medidas necesarias, ni tomaron decisiones proporcionales a la relevancia de la crisis el resto de instituciones comunitarias. Ahora la situación es claramente diferente a pesar de que queden todavía pendiente decisiones difíciles de tomar, aunque de un calado que no tiene precedente.

Francisco Aldecoa Luzarraga es Catedrático de Relaciones Internacionales en la UCM y Presidente del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo

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