Jorge Solana Baldominos, Colaborador del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo
En el aniversario de los desastrosos efectos de la DANA en Valencia, la UE activa el Fondo Europeo de Solidaridad con sumas históricas para asistir a las zonas más afectadas.
Hace exactamente un año, España asistió atónita a una de nuestras peores catástrofes recientes en pleno directo: ristras de coches arrastrados por la corriente; calles inundadas por encima de la altura del cuello; personas agarradas a árboles, a señales o a semáforos para no ser engullidos por la tromba de agua; y habitantes refugiados en los pisos más altos o incluso en los techos de sus casas esperando al rescate en helicóptero. En los días siguientes, hasta un total de 229 personas fueron declaradas fallecidas, y se decretó luto nacional. Aunque ya han pasado 12 meses de aquel horror, la zona cero de la DANA sigue sufriendo las consecuencias económicas, sociales y psicológicas del suceso.
Aunque este hecho ha colmado (y no precisamente de forma constructiva) la actualidad política nacional desde entonces, lo cierto es que desde el día cero las instituciones europeas mostraron su total disposición para asistir a las zonas afectadas, lograr una rápida recuperación de la vida cotidiana en la zona y prestar la ayuda necesaria para la reconstrucción. Algunas de las medidas e instrumentos más importantes que se han implementado durante este año han sido:
El programa Copernicus
Antes incluso de que empezaran las inundaciones, la Unión Europea activó el Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus. En respuesta a la solicitud española, la Comisión facilitó ese mismo día imágenes satélite con el objetivo de ayudar a las autoridades españolas el monitoreo de la situación y la organización de los cuerpos de emergencia.
Este programa, coordinado y gestionado por la Comisión Europea, entre cuyos colaboradores se encuentran los Estados miembros, la Agencia Espacial Europea, la Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos, las agencias de la UE, el Centro Europeo de Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo y la empresa Mercator Oceán; se dedica, en esencia, a la observación del planeta y la situación medioambiental en busca de mejorar la vida de los ciudadanos europeos. En este sentido, sus principales áreas de trabajo son: la vigilancia atmosférica, marina, terrestre y de fronteras, la observación del cambio climático y la gestión de emergencias.
Fondo de Solidaridad de la UE
El Fondo de Solidaridad de la UE ofrece ayuda financiera a Estados miembros o países en proceso de adhesión ante catástrofes naturales graves o emergencias de salud pública. No busca respuestas rápidas (función de la Reserva para Ayudas de Emergencia), sino apoyar la recuperación post-catástrofe, como inundaciones o terremotos. Su importancia crece por el aumento de fenómenos meteorológicos extremos. Es un instrumento que se activa a propuesta del Estado afectado.
España inició el viernes 1 de noviembre la solicitud de la ayuda financiera a través de este instrumento, y el día 3 de octubre de este mes la UE concedió a España 946 millones de euros con el objeto de paliar los efectos de la DANA en Valencia, lo que supone el 81% de su presupuesto para 2025 y supone el segundo mayor desembolso de su historia, solo superada por la ayuda a Italia tras los terremotos de 2017. A estos fondos, de los que ya se habían recibido de forma anticipada 100 millones, se sumarán otros 645 millones provenientes de los fondos de la política de cohesión.
Mecanismo de Protección Civil de la UE
El Mecanismo de Protección Civil de la UE tiene como objetivo reforzar la cooperación entre los Estados miembros de la Unión, mejorar la prevención, la preparación y conseguir una respuesta conjunta “más contundente y coherente” ante catástrofes. Para ello, se movilizan medios y profesionales expertos en protección civil.
La UE ofreció a España activar el mecanismo el día 30, a la vista de lo ofrecido por el sistema Copernicus, y se activó días después. Gracias a ello, el Centro de Coordinación de respuesta a Emergencias garantizó información y despliegue rápido de recursos sobre la zona.
Respuestas bilaterales
Ante las dramáticas imágenes de Valencia, tanto la Presidenta de la Comisión Úrsula Von der Leyen como la Presidenta del Parlamento Europeo Roberta Metsola expresaron su máxima solidaridad con Valencia, señalando que estaban listas para ayudar y con la visión de, en palabras de Metsola, sacar “lo mejor de Europa” en tan duros momentos. Asimismo, numerosos líderes europeos mostraron sus condolencias, como pueden ser:
Luis Montenegro (Portugal): el PM portugués expresó “el mayor pesar por el elevado número de las víctimas” y muestra su disponibilidad “para toda la ayuda necesaria”.
Emmanuel Macron (Francia): desde una visita oficial a Marruecos, el presidente galo declaró que los franceses sienten las consecuencias del temporal levantino de una forma “muy profunda” y recalca que se han puesto “a disposición de la ayuda en términos de seguridad civil, de emergencias” y que “está preparada para asistir a los equipos de rescate”
Olaf Scholz (Alemania): el canciller alemán declaró su “más sentido pésame” a los familiares de las víctimas y se muestra dispuesto a ofrecer “una posible ayuda”.
Kyriakos Mitsotakis (Grecia): el premier helénico declaró que “nuestros corazones están con la población española” y que “Grecia muestra su solidaridad en este difícil momento”.
Karl Nehammer (Austria): el canciller austríaco remarcó que empatizan y apoyan al pueblo español, con especial mención a los “servicios de emergencia que trabajan contrarreloj”
Giorgia Meloni (Italia): la primera ministra italiana señaló que su país “está cerca de España en este terrible momento”, tanto a título personal como en nombre del Gobierno italiano.
A lo largo de los días, los distintos países respondieron sobre todo con intentos de envío de apoyo logístico y de emergencias, como es el caso de Portugal o Francia. No obstante, algunos de estos equipos fueron rechazados inicialmente por las autoridades españolas ante el desbordamiento de la coordinación de equipos profesionales y voluntarios. Un claro ejemplo es el Grupo de Socorro de Catástrofes de Francia, cuyo ofrecimiento inicial de 250 bomberos fue rechazado por la dirección de emergencias. No obstante, el GSCF optó por mandar una “plantilla reducida y material de socorro” aceptada por las autoridades locales que tuvo gran repercusión en Alfafar, al ser el primer equipo de emergencias en llegar a la localidad el 1 de noviembre.
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