8. La gran desconocida: la Comunidad Política Europea se reúne en una nueva cumbre en Dinamarca
22º BOLETÍNINFORMATIVO «EUROPA SE MUEVE» 14/10.
LA UNIÓN HACE LA FUERZA: EUROPA ANTE LA ADVERSIDAD
LA GRAN DESCONOCIDA: LA COMUNIDAD POLÍTICA EUROPEA SE REÚNE EN UNA NUEVA CUMBRE EN DINAMARCA
Madrid, 14 de octubre de 2025
Álvaro Mella, Colaborador del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo
La séptima cumbre de la Comunidad Política Europea, celebrada en Copenhague, dejó claro que Europa no solo habla de unidad: la ejerce. Frente a la invasión rusa y las amenazas híbridas, los más de 40 líderes europeos pusieron sobre la mesa propuestas audaces como un muro antidrones que cambiaría el mapa de la defensa continental. Ucrania fue reconocida como pieza clave: más que aliada, una frontera viva; y se abrió paso la idea de una defensa más federal y ambiciosa. El mensaje fue firme: Europa no se achica, se organiza. Y lo que viene promete reconfigurar su arquitectura política y estratégica.
El pasado jueves 2 de octubre de 2025 en Copenhague (Dinamarca, país que este semestre también preside el Consejo de la UE) se celebró la séptima cumbre de la Comunidad Política Europea, donde se reunieron los más de 40 Estados independientes europeos miembros (solo faltaron a la cita República Checa, Eslovaquia, Turquía y San Marino), así como los representantes de organizaciones internacionales como la UE, la OTAN, el Consejo de Europa, la OSCE, las dos naciones constituyentes del Reino de Dinamarca, y el Gabinete de Transición Unido de Belarús (el gobierno bielorruso del exilio).
El principal foco de atención estuvo puesto en la invasión a Ucrania, así como las amenazas híbridas recientes procedentes de Rusia (la problemática que hay en la actualidad con los drones sobrevolando espacio europeo, los ciberataques y la desinformación). Por ello una de las propuestas más destacadas encima de la mesa fue la edificación de un muro antidrones que podría estar operativo con la colaboración de la OTAN para resguardar todo el flanco oriental de la Alianza atlántica.
Tras la reunión, podemos extraer algunos puntos a favor de los resultados de la cumbre. Para empezar, en Copenhague el pasado día 2 se reforzó la unidad europea ante la agresión rusa. Se lanzó la advertencia al Kremlin de que la inmensa mayoría del continente percibe a Rusia como una amenaza para la seguridad de Europa, y ha sido elemental definir un adversario común de manera compartida entre los socios europeos.
Asimismo, los actores participantes han considerado Ucrania como una línea defensiva del continente, no solo por su numantina resistencia y su papel como víctima de una invasión injustificada, sino también como aliado clave en tecnología castrense, valores y cultura de resiliencia. Por ello se adopta una visión más federal de la defensa. Asimismo, se vuelve a dar la mano a Ucrania y se sostiene la inseparabilidad del destino ucraniano del resto de Europa.
En cuanto a propuestas específicas, el mencionado muro antidrones no se abarcó como algo abstracto, sino como una realidad cercana que requería de medidas concretas, junto con la vigilancia continua del eje de las fronteras del este.
Además, se ha establecido un nuevo impulso institucional y más expectativas para el futuro. Desde la UE se planteó llevar a cabo una financiación de la reconstrucción ucraniana con activos rusos inmovilizados, y también se ha mostrado un compromiso firme en mantener la colaboración con las organizaciones internacionales invitadas a la Comunidad Política Europea, así como ir preparando la siguiente reunión, que tendrá lugar en Armenia.
Es innegable que quedan muchos desafíos pendientes (la actitud de Hungría, algunos Estados que dudan sobre los instrumentos financieros a usar, cómo gestionar una defensa europea sin caer en fragmentaciones internas…), pero son matices que infunden moral a la voluntad de seguir trabajando antes que desanimar la búsqueda de la consecución de los logros por conseguir.
En conclusión, la cumbre de Copenhague ha servido para demostrar una vez más que Europa está mucho menos dividida de lo que a veces parecen transmitir algunos medios de comunicación: nuestro continente en realidad muestra constantemente su disposición a renovarse, y que la paz europea no solo depende de las alianzas militares, sino de poner en práctica la solidaridad entre países y pueblos, la edificación de instituciones más vigorosas, el compartimiento de responsabilidades y políticas de coordinación y la dotación de más recursos para seguir trabajando por federalizar el proceso de integración política.
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