El pasado 6 de febrero de 2023 a las 18:00 horas el Consejo Federal Español del Movimiento Europeo (CFEME) organizó en la Sala de Juntas del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (Plaza de la Marina Española, 9) una nueva sesión de los Diálogos Europeos con el diplomático Enrique Mora, que desempeña los cargos de Secretario General Adjunto y Director Político en el Servicio Europeo de Acción Exterior.
El evento contó con la presencia de una veintena de asistentes, la mayoría de los cuales eran ya socios del CFEME, y que abarcaban un amplio abanico de edades y profesiones (había desde jóvenes estudiantes de aproximadamente 20 años, a profesores universitarios o abogados y políticos con más de 70), así como al menos seis nacionalidades diferentes representadas.
Los asistentes mostraron muchas ganas de volver a escuchar al diplomático Mora, especialmente después del brillante discurso que ofreció el pasado mes de julio en el Curso de Verano del CFEME en El Escorial.
El diálogo con el diplomático en el CEPC empezó con la presentación introductoria de Francisco Aldecoa, quien destacó el fantástico discurso que dio Borrell en la entrega de los Premios Nueva Economía Forum unas semanas atrás, discurso del cual no se hicieron eco los medios de comunicación, a pesar de que en otras ocasiones los mismos medios sí informaron sobre algunas frases del Alto Representante poco importantes, pero supuestamente interpretables desde distintos puntos de vista (como cuando en su discurso de la Fundación Carlos de Amberes comparó a Europa con un jardín, y al resto del mundo con una jungla). En esta ocasión, en uno de los mejores discursos que había dado nunca (Josep Borrell en los Premios NEF), la prensa no informó de prácticamente nada.
En lo que atañe a la intervención de Enrique Mora, el susodicho comenzó su ponencia explicando que la política exterior de la UE ha cambiado con el conflicto en Ucrania, y ahora se está vertebrando más allá. Mora nos contó que a finales de enero de 2022 estuvo en Moscú, y que ya en aquel momento Putin quería proponer algo que sabía que era imposible: que las tropas de la OTAN se retirasen y volver al status quo fronterizo de 1991. El 24 de febrero, el autócrata ruso invade Ucrania, y desde ese día se supo que en las negociaciones todo lo que había dicho Putin no eran más que dislates intentando justificar su posterior agresión al pueblo de Ucrania.
A pesar de ello, Mora piensa que Putin posiblemente no habría hecho nunca tal invasión si hubiese sabido todo lo que pasaría después. Rusia quiso invadir Ucrania en poco tiempo, y la guerra de agresión se ha enquistado, ergo, desde el punto de vista bélico, estamos presenciando una guerra del estilo de la Primera Guerra Mundial, pues se trata de un conflicto bélico de agotamiento, en la que hay que poner armas y seguir luchando hasta debilitar progresivamente al contrario. Por eso el diplomático Mora tiene claro que sin la ayuda militar proporcionada a Ucrania este país no podría sobrevivir.
Mora considera que la reacción europea ante la agresión de Putin fue mucho más rápida de la que nos habríamos imaginado nunca. Actualmente desde la diplomacia comunitaria se busca ubicar a Ucrania en la mejor manera posible para negociar. No es previsible que la guerra termine con un bando u otro rindiéndose o cediendo, sino que acabará probablemente con un alto el fuego y una negociación. Ucrania no se va a rendir, y Putin no se puede permitir perder.
A la hora de hablar de las características de la actual guerra, Enrique Mora deja claro que no se trata de un conflicto territorial: no se lucha por territorio, sino por imponer un régimen. Rusia no quiere que Ucrania se haga europea, y que se repita algo parecido al caso de Polonia, que desde el punto de vista del nacionalismo ruso fue trágico.
Mora nos contó que nunca pensó que iba a ver a la UE volcándose tanto en una guerra como en este caso. El apoyo a Kiev fue espectacular, y la mayor muestra de apoyo fue declarando a Ucrania como país candidato. Además, gracias a todas las sanciones la UE está consiguiendo debilitar su estructura económica y a reducir nuestra dependencia de Moscú a nivel energético. Antes de la agresión, a puerta cerrada ya se criticaba a Alemania y se le reprochaba su dependencia energética de Rusia. Lo que ha sucedido con Ucrania nos ha hecho ver que no se puede ser interdependiente con alguien que no comparte tus valores. En cualquier caso, con las medidas mencionadas, y otra línea de actuación de la UE basada en intentar socavar a Putin, la UE está consiguiendo avances.
A continuación Enrique Mora nos habló del Sur Global, sufridor directo de las consecuencias de la agresión a Ucrania, que nos hace ver que sería ideal que la guerra no se prolongue mucho más, por las consecuencias en los países menos desarrollados.
Si algo caracteriza este conflicto, según Mora, es que se está convirtiendo esto en una guerra de ofertas: “¿quién ofrece más?”. Aparte de eso, está la cuestión de la guerra nuclear.
Otro asunto de preocupación es el conjunto de limitaciones con las que cuenta la política exterior europea. Por ejemplo, la diplomacia europea per se ya tiene que convivir con la de 27 Estados miembros, que son radicalmente diferentes entre sí, y con tradiciones diplomáticas sumamente distintas. También merece la pena destacar que esto representa un obstáculo en el largo plazo, ya que según pase el tiempo los Estados miembros podrán buscar o querer cosas distintas, y puede debilitarse la estrategia en relación a la agresión. Además, no hay mayoría cualificada, y seguimos dependiendo de la regla de la unanimidad. En cualquier caso, al menos sí que está cambiando la voluntad política de los diferentes Estados miembros hacia Rusia, ya que por primera vez el conjunto de las diplomacias de los Estados de la UE están de acuerdo en que si Putin gana, las amenazas a la seguridad europea crecerán. Por ello, cuando se busque el alto el fuego las negociaciones tendrán una extraordinaria complejidad, ya que no solo abarcarán aspectos territoriales, sino del conjunto de la estructura de la seguridad de Europa. Pese a ello, Mora se preguntó si podemos hacer de Rusia algo que sea la norma y no la excepción con otros rivales sistémicos de la UE (como China),. La respuesta no está clara.
Al terminar el discurso del diplomático, intervino Eugenio Nasarre, quien comentó que a raíz de la invasión, el apoyo de la sociedad española a Ucrania subió considerablemente, pero que en los últimos tiempos, esta posición está cambiando, ya que la gente se pregunta cuándo acabará la guerra, puesto que estamos cada vez más afectados por los efectos derivados del conflicto (como la inflación). También preguntó si es posible que Europa dé un paso decisivo hacia una unión de la defensa.
Enrique Mora contestó este comentario afirmando que el apoyo social a Ucrania ha bajado porque la ciudadanía ve que la cosa se alarga demasiado. Es normal que la ciudadanía mantenga tanto su apoyo si el conflicto se cronifica. Además, comentó que Putin puede que a veces no pueda avanzar más, pero lo que haría en tal caso es reservarse y guardarse para el siguiente asalto. En cuanto a la actitud europea, no se quiere dar nada a Ucrania para atacar suelo ruso, porque eso daría pie a que Putin use su doctrina de seguridad nacional, que establece que si se ataca suelo ruso, se contempla el uso de la bomba nuclear como medida de defensa. En relación a la última pregunta de Nasarre, Mora contestó que para la UE de la defensa hay malas noticias, ya que EEUU está tomando la delantera, y se genera la psique de que los estadounidenses son imprescindibles. La paradoja es que donde sí hay buenas noticias es para la industria de la defensa europea.
Después intervinieron más asistentes, entre ellos José Sanroma Aldea, compartiendo sus puntos de vista sobre la agresión, y Mora respondió a cada comentario, algunos sobre la figura de Putin, y otros sobre la batalla de la comunicación en la guerra de agresión. Mora destacó que se dice habitualmente que la UE debe ser más “geopolítica”, pero eso significa decir que estamos priorizando nuestra seguridad. En relación al destino de Putin, afirmó que uno puede querer que él desaparezca y deje el poder, pero eso no significa necesariamente que cambie el régimen ruso. Por otro lado, dijo que Putin está aislado, recibe información parcial y le mienten. Él puede caer antes o después, pero eso no significa que el régimen se venga abajo. Sobre la comunicación en tiempos de guerra, Mora destacó la contundencia de la mayoría de los países de NNUU contra Putin, e hizo una comparación con el caso de Bush en Irak, donde desde NNUU no hubo una respuesta para nada similar.
Más adelante Ramón Jáuregui preguntó sobre las sanciones, y si iban a hacer todo su efecto con el paso del tiempo. También hizo un comentario sobre la recién creada Comunidad Política Europea, ya que él considera que es un proyecto que nos permite dar un horizonte de 44 países a largo plazo. A la pregunta, Mora contestó que para que las sanciones funcionen con el tiempo de forma eficaz, han de ser universales, y puso los dos ejemplos paradigmáticos de Sudán y Corea del Norte. En relación al comentario, el diplomático afirmó que Rusia está perdiendo su influencia en muchos sitios del mundo.
A continuación, Fernando Valenzuela preguntó por Turquía: ¿qué pasa en el país otomano? Mora respondió afirmando que Turquía es un candidato eterno a la UE, y miembro de la OTAN, pero que plantea cinco problemas:
-El autoritarismo de Erdogan, aunque estamos a la espera de ver si el Alcalde de Estambul consigue arrebatarle el puesto en las elecciones que se celebran este año.
-La actuación de Turquía en el Mediterráneo Oriental.
-La retórica de Turquía contra Grecia.
-El comportamiento turco en Chipre.
-Las políticas exteriores de Erdogan en Oriente Medio.
Ahora mismo hay una posibilidad de que Erdogan pierda las elecciones (que para la UE sería lo deseable), que gane las elecciones (lo que seguiría planteando los problemas que ya conocemos por motivos empíricos), pero también puede ser que Erdogan gane las ejecutivas, y pierda las legislativas. Si esto ocurre, el gobernante turco podría intentar dinamitar la Constitución y toda la democracia de su país. La última opción sería que sea cual sea el resultado, los votos estén muy ajustados en el recuento final, lo que generaría mucha incertidumbre.
Después hubo preguntas y comentarios por parte de Eduardo García, Mercedes Guinea, Julián Machuca y Julián Melero. Entre todos ellos, salieron comentarios y preguntas sobre América Latina, el cambio de óptica filosófica que está teniendo la UE, el trabajo del SEAE con el exilio juvenil ruso, sobre qué ofrece la UE al mundo y sobre cómo de enquistadas están las relaciones de la UE con Reino Unido después de implantarse la brújula estratégica. Mora afirmó a todos estos comentarios que en los gobiernos de América Latina hay una ausencia de autocrítica, y que a la hora de generar alineamientos no se puede decir que la guerra de Rusia contra Ucrania sea de “autocracias contra democracias”, porque si no los Estados que no nos parecen democráticos pueden buscar mirar con mayor interés hacia otro lado. Mora también comentó que el auténtico viraje que está experimentando la UE es la de buscar la eficacia económica renunciando al poder político, pero que la gran revolución vendrá en la próxima Comisión. Sobre el exilio juvenil ruso, criticó la actitud de algunos países al criminalizar a todos los ciudadanos rusos de lo que está ocurriendo en su país. Finalmente, sobre las relaciones con Reino Unido destacó que solo tenemos un problema, que es sobre algo que ya se ha firmado: el Protocolo sobre Irlanda del Norte, que ha generado situaciones políticas pintorescas. En materia de defensa, afirmó que hay una gran desconfianza con los británicos
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