3. Sin integridad territorial, no hay paz: Europa se planta frente a Trump

25º BOLETÍN INFORMATIVO «EUROPA SE MUEVE» 09/12.

EUROPA EN EL NUEVO TABLERO GLOBAL: ESTRATEGIA, SEGURIDAD Y ALIANZAS

SIN INTEGRIDAD TERRITORIAL NO HAY PAZ: EUROPA SE PLANTA FRENTE A TRUMP

Madrid, 09 de diciembre de 2025

Álvaro Márquez, Colaborador del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo.

Europa se enfrenta hoy a una paz diseñada desde despachos lejanos, una paz que pasa por alto la integridad territorial ucraniana y reduce el conflicto a una transacción entre potencias. Entre la presión del Kremlin y la ambición imperial de Trump, el continente queda atrapado en una vulnerabilidad que expone sus propias dudas. En este escenario, la Unión debe decidir si acepta el papel de pieza secundaria en un tablero ajeno o si asume, por fin, el liderazgo necesario para construir una paz que no caiga en los errores del pasado. 

“Europa debe tener un asiento en la mesa, porque la paz no puede construirse a espaldas de quienes la sostienen”. Con esta advertencia, Kaja Kallas señaló el mayor peligro al que hoy se enfrenta el viejo continente, el peligro a verse reducido a un mero peón dentro del tablero que ha desplegado Trump y las demás potencias sobre nuestro planeta. En una situación donde la palabra “guerra” resuena en cada esquina, el conflicto de Ucrania es un ejemplo de cómo la guerra moderna no solo se combate en los campos de batalla, sino también en los despachos, y que quienes no están en la mesa acaban arrastrados sobre ella. 

Desde el pasado 21 de noviembre con la presentación inicial del estrambótico plan del presidente Trump de sus “28 puntos” para resolver la guerra, donde convertía la soberanía de un país en una moneda negociable, hasta esta misma semana, la situación no ha permanecido ni un segundo estática. Tras las críticas europeas y la negativa rotunda de Kiev a su descabellado plan mercantilista, Trump se ha visto envuelto en interminables rondas de negociaciones, hasta llegar la semana pasada a un reducido plan de, como a él le gusta,  “19 puntos”, donde se mantiene la misma esencia que la del plan inicial: una arquitectura de paz diseñada desde Washington con una total indiferencia hacia la integridad territorial ucraniana, disfrazando medidas y concesiones estratégicas bajo el pragmatismo del que tanto presume la presidencia estadounidense. Reducir el plan para la Administración Trump no ha significado reformarlo, sino maquillarlo. 

Las modificaciones no han alterado ni un ápice su lógica central: congelar las fronteras, limitar la capacidad defensiva de Ucrania, introducir compromisos que atan el futuro del país a las decisiones externas y promover incentivos económicos que normalizan la ocupación. No es un plan pensado desde la justicia o la reparación del conflicto, sino una mera transacción geopolítica donde las víctimas del conflicto quedan desplazadas del foco. El final de la guerra para Trump no es más que una gran oportunidad para hacer negocio del sufrimiento ajeno. 

El rechazo de Kiev era previsible, quizás, el de Moscú, menos. El Kremlin ha declarado durante estas dos semanas su negativa a firmar el acuerdo revisado, no ajustándose este a sus exigencias de seguridad. Más allá de la decisión, este hecho deja en claro que ni siquiera es suficiente un plan estadounidense pensado desde las concesiones favorables hacia Rusia para llegar a un acuerdo, volviendo una vez más al estancamiento en las negociaciones. En este contexto, las tensiones entre la Unión Europea y Rusia se intensifican. Europa tiene a las puertas un conflicto sin fin que condiciona su seguridad energética, su estabilidad política y su futuro en sí mismo. Camina en una fina línea entre aceptar un plan diseñado sin su presencia que legitima la violencia como medio de negociación y que prioriza la visión económica de un país externo al continente sobre la integridad territorial y el bienestar de la población civil, y un camino de militarismo sin fin, donde el rearme sea la prioridad europea, trayendo de vuelta las pesadillas del pasado. Esta dicotomía tan peligrosa ha llevado a la Unión a reaccionar tarde y con dudas, una vacilación histórica que nos obliga a un ejercicio de autocrítica: Europa debe dejar de ser espectadora de su propio destino y dar por fin un paso en la construcción de un bloque autónomo. 

Si no era suficiente, el jueves 4 el presidente Trump presentaba al mundo la más reciente creación de su Administración: la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, donde, más allá de las aspiraciones imperialistas a lo largo y ancho del mundo, suma el conflicto ucraniano dentro de la reconfiguración global en la que Europa aparece para Estados Unidos como un espacio de competencia estratégica y no como el socio que pretendía ser hasta ahora. Washington con este plan se otorga a sí mismo el papel de arquitecto del mundo, disfrazando constantemente bajo la palabra “paz” sus ambiciones de poder inconmensurables. Para Europa esta “paz estadounidense” busca reforzar la dependencia del viejo continente y consolidar de una vez por todas la influencia estadounidense en un momento donde parecía vacilar su papel en la región. Lejos de la neutralidad, la mediación en el conflicto de Ucrania se convierte en un instrumento más de dominación.

Esta enorme amenaza pone a Europa una vez más frente al espejo y la obliga a construir su propio camino en un momento donde un paso en falso significa caer en el miedo bélico y vernos arrastrados a la lógica militarista que el presidente Trump nos quiere imponer. El papel que la Unión quiera jugar en la resolución del conflicto de Ucrania será la hoja de ruta que deberá seguir de aquí al futuro; tenemos que decidir, si dejarnos humillar y ser un peón más en el tablero o si encabezar como hasta ahora la ayuda humanitaria, promover el diálogo entre las sociedades civiles y asumir el liderazgo de la reconstrucción material y emocional del conflicto. Porque la paz no será duradera en el continente si se ignora el resentimiento de las generaciones futuras, porque olvidar el pasado solo te lleva al mismo destino, repetirlo. 

Tagged:

Comments are closed

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies